Por Mercedes Quintanilla.
La práctica del diseño biofílico implica la aplicación de diferentes estrategias de diseño, lo que es llamado experiencias y atributos. La elección de aplicación del diseño utilizado varía dependiendo de la circunstancia y limitaciones del proyecto, incluido particularmente la construcción y el paisajismo, dimensiones, aspectos económicos, logísticas y regulaciones, como también las condiciones culturales y la ecología. Lo más importante, el diseño biofílico nunca debe ocurrir de forma fragmentada o desconectada, sino de forma diversa, la aplicación debe reforzar mutuamente y complementarse entre sí, lo que resulta en un conjunto integrado ecológico.
Los tres tipos de experiencias de la naturaleza representan las categorías básicas del marco del diseño biofílico: la experiencia directa e indirecta con la naturaleza, y la experiencia del espacio y el lugar.

La experiencia directa de la naturaleza se refiere al contacto real con el medio ambiente y las características de su entorno incluyendo la luz natural, aire, plantas, agua, paisajismo entre otras.
Algunas cualidades son: luz, aire, agua, plantas, animales, tiempo, paisajes naturales, ecosistemas y fuego.
La experiencia indirecta de la naturaleza se refiere al contacto con la representación o la imagen de la naturaleza, a la transformación de la naturaleza desde su condición natural o a la exposición particular de la textura y el proceso característico del mundo natural. Esto incluye fotografías y piezas de arte, materiales naturales tales como muebles de madera, tejidos de lana, decoración inspirados en formas y patrones en la naturaleza.
Algunas cualidades son: Imágenes de la naturaleza, materiales naturales, colores naturales, simulador natural de luz y aire, formas y figuras naturalistas, evocando la naturaleza, riqueza de información, edad, cambio y la pátina del tiempo, geometrías naturales y biomimetismo.
La experiencia del espacio y el lugar se refiere a las características especiales del entorno natural que mejoran la salud y el bienestar de los humanos.
Entre estas tres categorías de experiencias, 24 atributos del diseño biofílico han sido identificados.
Algunas cualidades son: perspectiva y refugio, complejidad organizada Integración de piezas, espacios de transición, movilidad y orientación, cultural y ecológico y apego al lugar.
Todas estas cualidades del diseño biofílico se experimentan a través de una variedad de sentidos humanos que incluyen vista, oído, tacto, olfato, gusto y movimiento. El sentido visual es la forma dominante de percibir y responder al mundo natural. Cuando vemos plantas, animales, agua, paisajes, y otras características naturales, una variedad de aspectos físicos emocionales se activan. La gente reacciona también al contacto indirecto de la naturaleza, especialmente con imágenes de naturaleza, texturas, formas y figuras orgánicas, y más.
El atractivo de la naturaleza despierta particularmente nuestro interés, curiosidad, imaginación y creatividad. Por el contrario, cuando carecemos de contacto visual con el mundo natural por ejemplo la falta de ventanas y sin rasgos de espacio, con frecuencia experimentamos aburrimiento, fatiga, y en casos extremos mentales y físicos.
A pesar de nuestra tendencia humana de favorecer el sentido visual otras respuestas sensoriales a la naturaleza son de gran importancia para nosotros. Escuchar el correr del agua, tocar plantas, oler flores, sentir el movimiento del aire a menudo nos conmueve emocional e intelectualmente. Encuentros multisensoriales con la naturaleza en el entorno construido puede contribuir a la comodidad, satisfacción, disfrute y rendimiento cognitivo, y cuando sea posible, debe ser alentado.
(Calabrese, 2015).
Referencia
Kellert, S. and Calabrese, E. 2015. The Practice of Biophilic Design. www.biophilic-design.com
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